El museo

Situado en la 1ª planta del Palacio de La Vila, muestra una colección integrada por diferentes objetos que datan desde el siglo XVIII hasta nuestros días, a través de los cuales se narran los diferentes procesos artesanales de la producción textil. En este sentido, el Museo se estructura en cuatro salas: Los instrumentos, la elaboración, los tejidos y la sala audiovisual. 

En la primera sala se muestan los instrumentos que forman parte del proceso de producción de los tejidos; en la segunda, se exhiben cuatro telares de diferentes épocas que forman parte principal del la elaboración del textil; en la tercera, se podrán comprobar diferentes muestras de tejidos, resultados del proceso de fabricación; y, finalmente la cuarta sala, se ha dedicado a muestras un audiovisual que explica con imágenes la industria del textil en la Comunidad Valenciana.

A lo largo de estas salas se albergan cerca de 70 piezas relacionadas con el proceso de fabricación textil, de entre las cuales hay cañas, parafina, hilos de plata y oro, tijeras, goma arábiga, piezas, telares de los siglos XVIII y XIX, libros antiguos, muestras de diferentes tejidos, etc. con especial atención a los elementos propios de Ontinyent.

Las piezas que se exponen pertenecen a la colección ATEVAL, en la junta Comarcal de la Vall d'Albaida, a la colección Caixa Ontinyent y a la colección de Rafael Ferrero i Terol.

Horario de visitas:

De martes a sábados de 9 a 13:30 h. y de lunes a viernes de 16:30 a 19 h. Entrada libre.

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 los instru-mentos

La industria textil comprende multitud de procesos y tratamientos específicos destinados a dar a los hilos y a los tejidos propiedades y características concretas. 
Dependiendo del tipo de fibra, o del efecto de acabado que se desea dar, se utilizan métodos físicos y químicos variados.

Entre los procedimientos habituales destacan los siguientes: ablandado, acabado a través del repasado, lavado, cepillado, enrasado, quemado y apresto, y el alisado. La hilatura comprende el conjunto de procesos al que son sometidas las fibras textiles, tanto las naturales como las sintéticas, para ser transformadas en alambradas homogéneas y resistentes. 
 

La alambrada, propiamente dicha, consiste en realizar un último afinado de la mecha para transformarla en un hilo, el cual se somete al mismo tiempo a una torsión, que le dará la tenacidad deseada. Finalmente, el hilo es enrollado sobre un apoyo. Suplementariamente, se realiza el peinado, en la operación del cual se elimina la totalidad o buena parte de las fibras más cortas, a fin de obtener hilos muy finos y especialmente regulares.

Una vez confeccionados tanto los hilos como los tejidos, se someten a operaciones de tintado para conferirles el color deseado. Para lo cual, se recurre a productos químicos si las fibras no incorporan ya el color pretendido antes de la hiladura.

La mercerización es un proceso textil que consiste en el tratamiento de las fibras de algodón o hilo (normalmente bajo tensión) con hidróxido de sodio concentrado. Mediante este proceso, el algodón adquiere cierto brillo sedoso, se hace más resistente a la tracción, presenta mayor afinidad por el tinte y aumenta su reactividad química frente a varios procesos de acabado. 

2
la ela-bora-ción

La industria textil emplea una gran variedad de máquinas, además del telar, en las cuales se realizan operaciones específicas de aplicación generalizada en la mayoría de las fibras, o características de la confección de determinados tejidos. 

El telar, es la máquina de tejer. Esta operación consiste en la fabricación de tejidos mediante el entrelazado de dos juegos de hilos: la urdido y la trama. El telar tiene un largo recorrido histórico. Inicialmente requería de toda la potencia humana para su funcionamiento, y no fue hasta finales de 1700 en qué apareció el primer telar mecánico, inicialmente con tracción animal y más tarde por energía de vapor. Se haría popular a partir de 1820, generalizándose desde entonces la industria textil.

Existen diferentes tipos de telares que se distinguen según los órganos que los componen y los cimientos de su funcionamiento. Un telar de lanzadora consta de un tambor donde van atropellados los hilos del urdimbre y de donde salen paralelos; el guiahílos, que tensa adecuadamente los hilos del urdimbre; el cruzamiento, que es un mecanismo constituido por dos varillas que dividen los hilos en dos grupos para preparar la calada; los lizaroles, bastidores con movimiento vertical alternativo, en los cuales unos hilos de acero o lisos cogen los hilos del urdimbre y forman la calada, posición en la cual unos hilos suben y otros bajan.

Los telares disponen, además, de: un peine, el movimiento de la cual de vaivén empuja cada pase del hilo de la trama; el botón, consistente en una mesa sobre la cual se desliza la lanzadora en su movimiento de vaivén; y el plegador, que es un cilindro en el cual se atropella el tejido. Existen también telares sin lanzadora, que permiten obtener tejidos más anchos que los comunes. 

En cuanto al telar de Jacquard, se denomina así porque incorpora la máquina inventada por el francés Jacquard que consta de las siguientes partes: tablón donde descansan las ganxes, la tabla; agujeros en la tabla por donde pasan los engolets; engolets; en la parte superior tenemos la grifa, que sube y baja llevando las cuchillas, estas cogen y elevan las ganxes; y el cilindro de cuatro caras, que es por donde pasa la encartonada o conjunto de cartones agujereados en una especie de tela sin fin que lleva el dibujo que se tiene que hacer. El cilindro se mueve automáticamente dejando una de las cuatro partes acercada a las agujas. En la parte inferior de cada lizo hay un plomo, contrapeso, hilo de hierro más gordo y pesado, porque la montura está echando y obliga a bajar los hilos. 

3
los 

te-ji-
dos

El tejido como producto textil es el resultado de tejer hilos, filamentos o fibras.
La industria textil agrupa todas aquellas actividades dedicadas a la fabricación y obtención de fibras, alambrada, tejido, tintado, y finalmente el acabado y confección de las diferentes piezas. 

Originalmente, el término textil se aplicaba solo a las telas tejidas, pero con la evolución de esta industria se extiende ahora incluso a telas  producidas por métodos diferentes al tejido, como las formadas por uniones mecánicas o procesos químicos. Igualmente, se aplica a variadas materias primas y materiales obtenidos de las mismas, como filamentos, hilos sintéticos, bordados, acolchados, hilados, etc. 

 Estas operaciones textiles también están consideradas las de preparación de las fibras de origen natural (vegetales o animales), y en los cuales se realizan procesos como el blanqueado, teñido o la mercerización. La lana, que era la fibra natural más utilizada, empezó a ser sustituida por el algodón, y aunque no la desplazó totalmente, sí se convirtió en la fibra natural de origen vegetal más utilizada. Ya en épocas recientes, el algodón empezó a perder su primer lugar en cuanto a demanda para la industria textil, y fue reemplazado en  gran parte por las nuevas fibras sintéticas y artificiales, con origen en los hidrocarburos, celulosas, etc. 

La utilización de las fibras del capullo de los gusanos de seda para la confección de hilos y tejidos constituye uno de los sectores de la industria textil de más larga tradición. La obtención de la seda se inicia con la cría del gusano de seda o sericultura, de la cual se obtienen los capullos que, removidos en agua caliente, pierden parte de la sericina y permiten la alambrada elemental, denominando "molinaje", que da lugar a la seda cruda. Mediante baños de purga se elimina el resto de sustancia gomosa para obtener la seda desgomada, que adquiere entonces su clásico tacto. 
El hilo que forma cada capullo tiene una longitud de más de 1.000 metros. La hilatura propiamente consiste en reunir varios capullos preparados en un recipiente de agua caliente, se unen sus extremos y se hacen pasar por una hilera de porcelana y se procede a su devanado. Los filamentos quedan así pegados entre sí y forman un hilo que se alisa a través del rozamiento consigo mismo o con otro hilo. Con el hilo de seda se confecciona gran diversidad de tejidos que, por sus calidades de suavidad, resistencia, facilidad de lavado y vistosidad, han hecho que durante siglos se considerara la seda como la mejor de las fibras textiles.